12 julio 2006
Esa bandera me suena
Se prohibe la utilización en la bandera de España de cualesquiera símbolos o siglas de partidos políticos, sindicatos, asociaciones o entidades privadas.
01 julio 2006
Alemania, además de fútbol, política
¿Leyeron el pasado domingo el artículo en El País de Antony Beevor? Hoy, leyendo el primer editorial del mismo periódico lo he recordado, en su artículo Beevor (olvidando esas terribles últimas líneas de topicazos de la región) lamentaba hace una semana la fractura de España y su incapacidad para, en sus diarias diatribas, partir de algo que no fueran las dos españas de la Guerra Civil de 1936. Hoy El País editorializa sobre la reforma de la Ley Fundamental alemana aprobada ayer por la Bundestag con amplia mayoría y el acuerdo entre el CDU (Unión Demócrata Cristiana) y el SPD (Partido Socialdemócrata Alemán), los partidos de mayor representación en la cámara. Se aprueba con la oposición de liberales, verdes e izquierda poscomunista, que no parecen pocos incluso sabiendo que representan al 9.9%, 8,3% y 8,8% respectivamente. Así y todo, ésta suele ser la tónica habitual en las reformas que vertebran los Estados: los grupos mayoritarios que tienen el poder acuerdan reformas que ante todo no acaben con el poder que tienen. Un arte en el que los españoles fuimos maestros y como en casi todo lo que tiene que ver con nosotros, no es una práctica de la que estemos orgullosos (seguramente porque no da muy buena imagen aquello de ‘a las minorías que les den, que el pastel lo repartimos nosotros’). Puede que un alemán tampoco se sienta hoy orgulloso de su nuevo pacto constitucional (no olvidemos por eso que su pasado pacto no es, de hecho, suyo). Quién sabe, quizá los alemanes han vivido los últimos meses en una continua crisis política provocada por la falta de política de sus políticos. Un contexto en el que cada mañana alguien vaticine la fractura del estado. Pero esto parece poco probable, son alemanes, no españoles, y pese a lo mezquino han hecho lo que había que hacer: los dos partidos mayoritarios representantes de las posturas ideológicas más moderadas y centristas (por mucha ‘democracia cristiana’ y ‘socialdemocracia’ que se llamen), han pactado una reforma que molesta principalmente a los reformistas y respaldada por los partidos ‘de gobierno’. Vamos, lo normal (lo normal visto desde fuera, sin entender tres palabras de alemán o una de derecho constitucional). De verdad sí parece ponderado que los cambios deben ser más lentos de lo deseable, que no agraden a puros de uno u otro bando y que sólo los híbridos terminen por sentirse cómodos. Es lo más cercano al empate y lo más alejado de la guerra y sus soluciones, ya sean dos Alemanias, dos coreas o dos Españas. Consiste en no discutir por la película del sábado noche y terminar viendo una que no sea ni tu favorita ni la mía. Y si lo consigues, podrás conseguir que el Estado de los länder alemanes y los länder del Estado alemán pacten una reforma en la que no se sabe quién gana y quién pierde más. Los alemanes han entendido a la perfección que eso de perder y ganar es una cosa de Mundiales.
Entonces recuerdas a Beevor (o a Marín gobernando un patio de colegio) y caes en la cuenta de que en este Estado la presión no la ejercen los extremos. No son las minorías las que influyen para marcar una tendencia en la mayoría general, no son éstas las que se quejan amargamente porque lo que era su propuesta se ha desvirtuado con las modificaciones que la mayoría se ha encargado de aplicarle. En este país nuestro nos falta una minoría de derechas (no nacionalista) a la derecha de la centro-derecha española. Con suerte eso solucionaba la paradoja de la tajante oposición a la acción de gobierno que lleva a cabo la oposición mayoritaria en el Congreso, el Partido Popular, gobernante en la mitad de los ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos; que se opone sin embargo, no a la decisión acordada con el Gobierno del Estado, sino directametne a la posibilidad de acordar cualquier decisión contribuyendo notablemente a la ingobernabilidad y la continua sensación de crisis. Algo poco político digamos. Además es triste, el propio periódico El País escribe el editorial de hoy aquejado de melancolía, añorando aquella infancia en que un texto elegante aunque poco concreto, era sin embargo suficiente para gobernar un Estado fruto de la tumba del Dictador. Mientras Alemania firma que la II Guerra Mundial ya no es su pasado inmediato, aquí cada día anunciamos una II Guerra Civil. Suerte que los incivilizados eran los bárbaros.
Lo que España necesita ahora es un pacto de recuerdo, no de olvido, pero debe enfocar la memoria de un modo completamente distinto: uno que evite los fantasmas propagandísticos del pasado que se alimentan a sí mismos.
España debe levantar el manto de silencio. Antony Beevor, El País 25-06-2006
29 junio 2006
ABC, El valor de la palabra
28 junio 2006
Alemania '06 V. Improperios
Empieza el partido:
“Esto va a ser la venganza de las cerezas” [¿no eran fresas?]
Penalti a favor de España:
“Seis años después Raúl no falla el penalti”
Minutos ingenuos:
“Ahí estamos, defendiendo como Quijotes”
“ - Yo creía que Xabi Alonso era de Francia.
- No, es vasco.
- Por eso.”
Tras el gol del empate:
“Ánimo chicos que para hacer tortilla francesa sólo hacen falta dos huevos”
“No os preocupéis que Polanco se encarga de remontar esto”
Tras el gol que adelanta a Francia:
“Me caguen la mare que els ha parit fills de puta un milió de vegades” (el regionalista)
“Ojalá se les indigeste tanta fresa” (el nacional)
Gol de Zidane:
“¡Ostia, puta, Barça, joder!”
Final del partido:
“¿la vuelta cuándo se juega?”
27 junio 2006
Alemania '06 IV. Una de romanos
Y hoy jugamos nosotros, España, contra los galos. Y nos pita un italiano, que nos la debe desde ayer, aunque tener a un italiano de socio nunca fue buena idea, que le pregunten a los alemanes, y ganaremos, claro, claro. (¿alguien que le parta las piernas a Henry antes del partido?)
26 junio 2006
Lo siento, pero se drogan
DRAE: Dopar. (Del ingl. to dope, drogar). 1. tr. Dep. y Med. Administrar fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento del organismo, a veces con peligro para la salud. U. t. c. prnl.
25 junio 2006
El juez de portada (y moda)
Pero no se crean, ésta es sólo la última del juez más nombrado, la última de hecho en El País, porque es una noticia que muchos diarios hoy no recogen y que mañana no recogerán porque tendrán una más actual: El juez llama a declarar a Aguirre, miembro del PNV, como imputado por colaboración con ETA. De un tiempo a esta parte, Grande-Marlaska aparece por todas partes. Aparece de hecho, de manera ilustrada. El juez fotogénico acompañando las informaciones judiciales. Ya no aparecen los acusados, ni los imputados, ni siquiera los abogados de la acusación y la defensa entrando o saliendo de la Audiencia. Se acabó la socorrida foto de la puerta de la Audiencia Nacional. Ahora tenemos un juez guapo que da bien a cámara. Son los fotógrafos de prensa, como los periodistas que se creen literatos, los que pensando en moda y no en prensa se preocupan del perfil del juez, del gesto involuntario y el botón desabrochado de la camisa. Y son sobre todo los medios de izquierdas, esos que hoy están perplejos porque un juez hace lo que judicialmente estima oportuno y no atiende a las impresiones personales de López Garrido, los que se empeñan en ofrecer la imagen de modelo del juez. Les garantizo haber escuchado en el boletín de las ocho de la mañana en la Cadena SER la frase “Grande-Marlaska sale de un bar en Irún, vestido casual, tras la operación contra la red de financiación” ¡pero vamos a ver! ...comprendamos, en fin, su perplejidad, el juez guapo, el juez gay, el juez vasco, el juez de izquierdas, no se guía por impresiones y no entiende que el Estado de derecho debe amoldarse al momento político. Si conseguimos que lo llamativo de la noticia sea que va casual, ya habremos conseguido algo. Es por otro lado la misma perplejidad y frustración que acusa la derecha más rancia al ver cómo el último caballero que les queda en la corte, el último bastión que defender, es rojo, gay y casado. Pero le necesitan, que como con Gallardón, es lo que más les jode.
Actualizado: Francino en la SER (que le coge como su antecesor el gusto a las homilías mañaneras) comparaba esta mañana (26.06.06) a Grande-Marlaska con los 'fiscales indomables' y le acusaba de protagonista y política del espectáculo. Curiosamente cuando lo único que parecía claro era la falta de política en las decisiones del juez.
*El editorial en su versión impresa en la Comunidad Valenciana aporta esas frases, que no aparecen sin embargo en la reproducción digital del diario. Quizá es por falta de espacio.