26 junio 2006
Lo siento, pero se drogan
Hoy El País publica el segundo volumen de la Operación Puerto. Es el original nombre que la Guardia Civil dio a la intervención llevada a cabo el pasado 23 de mayo contra las prácticas ilegales de dopaje, en el ciclismo español. La operación incriminó al médico Eufemiano Fuentes y el hematólogo José Luis Merino Batres por el suministro de sustancias prohibidas a 58 ciclistas. Ayer, debido a la publicación del primer volumen con el sumario del caso, se produjo un plante en la salida del pelotón que corría el Campeonato de España. El paro suponía según explicó después la ACP (Asociación de Ciclistas Profesionales) una protesta contra las “acusaciones generalizadas que ponen bajo sospecha de dopaje a todos”. Está feo generalizar, es verdad, pero tampoco queda elegante tomar por tonto al auditorio. Cada fin de semana (siendo generosos) centenares de miles de jóvenes (y los que no lo son tanto) se meten de todo no sólo para olvidarse y ‘pasarlo bien’, simplemente “para aguantar”. A los pocos meses “porque si no, no aguantan”. En los últimos tres de los nueve años que pasé jugando a balonmano (disculpen el personalismo) vi recomendar aspirinas antes de un partido para mejorar el bombeo de la sangre, infiltrar un codo a fin que el ligamento no doliera ni siquiera en caso de romperse o cómo el médico de turno de la selección autonómica del momento te ‘recetaba’ una pastilla cada noche antes de dormir durante los campeonatos, pastillas que no hacen nada, pero que te dejan como nuevo para el día siguiente. Seguramente todo legal, a todas luces indecente. A modo de anécdota: a los grillados 17 años había el que se sentía mayor esnifando reflex o ‘pega’ antes del partido. Es un ejemplo de críos, de campeonatos cuyo mayor alcance es el nacional y cuya mayor rivalidad está entre regiones. Partidos y competiciones subvencionadas por el Estado y costeados por las fichas de los jugadores. Sin publicidad significativa, sin salarios, sin familias que mantener, sin sponsors a los que rendir cuentas. Un mundo feliz. Quizá, seguro, no todos los ciclistas trafican con IGF-1 (factor de crecimiento), ni se hacen autotranfusiones de sangre, o se toman para desayunar anabolizantes. Igual no está implicados en esta ocasión, pero que se dejen de victimismo, se dopan, seguro. Y permítanme la falta de ética: era más divertido cuando Indurain, Rominger y Pantani a buen seguro se dopaban, pero a todos nos daba lo mismo y disfrutábamos del Tourmalet.
DRAE: Dopar. (Del ingl. to dope, drogar). 1. tr. Dep. y Med. Administrar fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento del organismo, a veces con peligro para la salud. U. t. c. prnl.
