14 junio 2006
Alemania '06 I. Empieza el mundial
Que ganaríamos se notaba desde el principio, no había más que vernos mientras sonaba el himno, ese país unido, ese Xavi Alonso y su estado libre asociado, Puyol y su nación, ese Sergio Ramos y su realidad nacional, y ese David Villa feliz de jugar en una nacionalidad histórica. Qué país y qué selección. El éxtasis (materializado en tracas, cómo no) llegaba con los goles de la primera parte, rápidos y seguidos como queriendo que a todos se nos atragantaran las bravas intentando ser los primeros en gritar gol de la mesa. Habían echado a uno de Ucrania y tocaba vivir de rentas. En el descanso Cuatro informaba: “Hay más de 6.000 personas en la plaza de Colón viendo la retransmisión por pantallas gigantes” (instaladas por la cadena). Queda claro, España se moviliza por el fútbol y el folklore. Luego se marcaron otros dos como queriendo dejarlo claro: al tanto con nuestro juego brillante que nos quedan cuatro partidos para el estrellato.
Lo mejor ha sido la especial atención prestada a los gestos del principito y su princesita, que si se levantan, que si gritan, que si tontean, que si se ríen, que si beben, que si lo que beben es cerveza, que si no, que es té helado, que si se quitan la chaqueta, que si acompañaban la ola, que si qué pedazo de princesa que tenemos, que si estoy de acuerdo y yo también le votaré en las elecciones...
4 – 0, yo lo veo claro, tras ganar a Ucrania debemos dar por sentado que, como mínimo, ganamos el Mundial.